jueves, 20 de junio de 2013

COMPARTIENDO JUEGOS DE MESA

A "mil leguas" y… lejos de la normalidad lectiva decidimos destinar un ratito  a los juegos de mesa. Pedagógicamente, gozan de un  valor educativo que no deberíamos pasar por lo alto.
 
 
 
 
 
 
 
El australiano Giles Pritchard, desde el rincón del profesor en Boardgamenews, ha escrito una columna para convencer al profesorado de las virtudes de los juegos de mesa en el aula.
 
¿Por qué usar juegos de mesa en la escuela?
Los juegos de mesa pueden ser una buena herramienta educativa debido a las habilidades que se utilizan que son necesarias en una partida, el ejercicio mental que estimulan, y por supuesto su adecuada duración (alejada de las interminables partidas de Monoploy). Al publicarse cientos de juegos de mesa cada año por todo el mundo, muchos de ellos proporcionan beneficios desde el punto de vista pedagógico. De hecho, se puede encontrar un juego adecuado para cada área temática en cualquier programación.
Las habilidades más relevantes que se estimulan con los juegos están entre las más importantes a las que un sistema educativo puede aspirar: las habilidades inter- e intra- personales, para un trato respetuoso y comprensivo en la relación con otras personas. La mayor belleza de los juegos de mesa es que se juegan en grupo con otras personas. Sea un grupo de amigos, de completos desconocidos, o una mezcla de ambos tipos de personas, la partida de un juego está enfocada en su interacción social, y durante ese tiempo cada persona puede beneficiar a veces y molestar otras, al resto de jugadores. Todas estas interacciones, combinadas con que (generalmente) en cada partida sólo hay un ganador, significa que las personas que juegan aprenden – o deben aprender – a tratarse amablemente, comportarse de forma adecuada dentro de la partida, y poner en práctica el mejor espíritu deportivo de las Olimpiadas (Lo importante es participarjugar, en este caso). Pero además existen juegos cooperativos, en los que las personas juegan juntas en la partida por un objetivo común – estos juegos son excelentes herramientas sobre la dinámica de trabajo en equipo.
Se pueden elegir juegos para cubrir una determinada necesidad pedagógica, para centrarse en una lección específica, para reforzar conocimientos, o para ayudar al profesorado a indagar cuánto de lo enseñado ha interiorizado de verdad el alumnado, o para aplicar los conocimientos fuera del contexto en que se aprendieron - esto es, ir más allá del mero aprendizaje.
Pero los juegos son además divertidos de jugar, y ese aspecto nunca debe ser olvidado pese a las enseñanzas pedagógicas serias que se quieran también inculcar. Precisamente por la diversión de jugar es por lo que los alumnos y alumnas pueden interesarse en un juego de mesa, y es precisamente por la diversión al jugar por lo que continuarán implicándose en la partida, más allá del refuerzo pedagógico para el que se pretenda usar el juego.
 
Un rato divertido...¿repetimos?

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